Políticas del pasado en ciencia y tecnología.: beca 18 sin empleo 30

Los indicadores del desarrollo de la ciencia y la tecnología en el Perú no se mueven de su puesto en la cola internacional. Tampoco se ve cambios en la política en este sector, que no sea regresos a esquemas del pasado. Ante ello, la cooperación internacional elabora "guías" sobre política científica para países en desarrollo, las que tampoco tiene resultados que entusiasmen. Con la idea de elevar el nivel de conocimiento en ciencia y tecnología, en los años 60, la cooperación internacional apoyaba estudios de posgrado, conducentes al grado de doctor en disciplinas de ciencia y tecnología, dirigidos a graduados de países pobres. Se esperaba que los doctorados regresaran a sus países de origen para impulsar la investigación. No fue así, los doctores se quedaron en los países que los formaron. (En el Instituto Peruano de Energía Nuclear, de los cuatro que partieron a hacer su doctorado, solo uno regresó, y ahora no trabaja en esa institución. A Carlos Bustamante, luego de doctorarse en Berkeley, en San Marcos le ofrecieron un contrato temporal de 100 dólares al mes: para su bien se regresó a Berkeley). Entonces, el resultado fue considerado como un fracaso del modelo. ¿Qué parte del modelo falló?: La parte que le correspondía a los gobernantes de los países receptores del apoyo internacional que tenían políticas disuasivas para los que quisieran regresar. Los organismos internacionales analizaron desde lejos el problema. Sin mayor análisis llegaron a la conclusión de que la cooperación internacional debe cambiar. Así es como empezó programas de becas para capacitar gente en técnicas que permitan usar equipos importados, pero no para investigar. Actualmente, en general, los proyectos de cooperación internacional no son para preparar investigadores capaces de crear nuevo conocimiento científico y tecnológico. Estos deben estar diseñados para que los becarios manejen equipos para aplicación inmediata, con resultados que pueden medirse en número de evidentes beneficiarios finales. Como los becarios no adquieren grados académicos que los certifique como investigadores, no son contratados en el extranjero y tienen que regresar a comprar equipos de los países que los entrenaron. Aquellos que se prepararon con sus propios recursos o con becas especiales y que por alguna razón regresan al país no tienen posibilidades de incorporarse a los laboratorios nacionales. La Ley de Presupuesto de la República prohíbe su incorporación. Solo se permite la incorporación de policías, militares, jueces, diplomáticos y personal de los penitenciarios. Ahora se vuelve a promover las becas, como en los años 60, pero esta vez con recursos del Estado. Eso está bien. El problema es que no se permite el regreso de los que ya están preparados. Para qué preparar gente si la que regresa no tiene lugar en los laboratorios nacionales. Es un regreso seguro al pasado. Algunos piensan que el problema es plata. Es uno de los problemas, pero no todo. Plata sin cambio de política es como gasolina de 97 octanos para un vehículo de los 70s. Dinero sin optimizar es tema de derrochar. Ya lo probaron España, México, entre otros países. Se necesita un ministerio especializado, para que se convierta en un tema del Consejo de Ministros, y se propongan las normas que realmente impulsen la ciencia y la tecnología. Entre esas normas está la Ley de Carrera del Investigador, para que pueda ingresar gente nueva bien formada, la que sea luego evaluada por resultados. La otra es que el ingreso de canon minero sirva para la incorporación de investigadores innovadores, los que generen patentes y publicaciones científicas. En otras palabras no solo se necesita beca 18, es urgente también empleo 30.