domingo, 30 de diciembre de 2012

El inicio de una nueva era: el siglo del cerebro


Escribe Modesto Montoya

El cerebro, durante todas las etapas de la vida, aprende, crea, inventa, goza, sufre y controla el funcionamiento del cuerpo. Por ello no sorprende la creación de centros mundiales de investigación neurológica, los que han incorporado científicos interdisciplinarios, provistos de equipos e instrumentos de tecnologías avanzadas. Más aún, varios laboratorios, creados a mitad del siglo XX para dedicarse a la física nuclear y sus aplicaciones, ahora se ocupan en gran parte a investigar el cerebro.
A principios de los años 80 me encontraba en la Comisión de Energía Atómica (CEA) de Francia, investigando el proceso de fisión nuclear del uranio y del plutonio. La CEA fue creada en 1945 para investigar las aplicaciones civiles y militares de la física nuclear. Ahora se llama Comisión de Energía Atómica y Energías Alternativas. La CEA, entre otros, cuenta con un laboratorio (Neurospin) dedicado al cerebro, el que forma parte del proyecto CONNECT, en el que participan doce institutos deIsrael y de Europa. Usando las tecnologías de imágenes por resonancia magnética (IRM), el proyecto CONNECT ha elaborado un atlas del cerebro, a partir de seres vivos, para estudiar las interconexiones intracerebrales (materia gris) del ser humano. Así se abre un nuevo campo en las neurociencias. Se sabe que el cerebro cuenta con más de 50 mil millones de neuronas comunicándose entre sí, formando una red de alta complejidad. Ahora se podrá estudiar con precisión el rol de esas interconexiones en la fisiología y patologías del cerebro.
A mediados de los años 80 estuve en el Centro de Investigaciones Nucleares de Juelich (Alemania) con un equipo de científicos que usaba los rayos neutrónicos dereactores nucleares para estudiar materiales que almacenan hidrógeno. Los temas de conversación giraban entonces en torno al proyecto de una gran fuente de pulsos intensos de neutrones que permitiera mejores estudios de los materiales energéticos. Hoy en día, ese centro borró de su nombre la palabra nucleares y también investiga el cerebro.
Para optimizar los procesos cognitivos y para enfrentar enfermedades neurodegenerativas, el Centro de Investigaciones de Juelich trata ahora de comprender las componentes, las funciones y las formas de interconexión de las neuronas. Para las investigaciones sobre el cerebro cuenta con instrumentos de imágenes con los que se detecta tumores en una etapa suficientemente temprana como para asegurar su tratamiento exitoso. Con esos instrumentos también se identifica el origen bioquímico de los desórdenes de atención.
Hay varios otros centros exclusivamente creados para escudriñar los componentes del cerebro y sus funciones: sus logros son sorprendentes. En una reciente ceremonia en homenaje al físico nuclear Víctor Latorre, su alumno, el físico Fernando Ponce, cuyo hijo es neurocientífico, predecía que dentro de no mucho tiempo, los cerebros de cualquier nacionalidad, a los que se incorporará dispositivos nanoelectrónicos, podrán telecomunicarse entre sí con ideogramas, sin necesidad de usar los idiomas. En suma, estamos en tiempos en que el cerebro intenta conocerse a sí mismo: es la era del cerebro.

Ciencia y tecnología: las barreras contra la investigación


Escribe Modesto Montoya (*)

Luego del lanzamiento del Proyecto de Innovación para la competitividad, que ahora cuenta 100 millones de dólares, financiado en parte con un préstamo del BID, el primer ministro Juan Jiménez recordó que, gracias al canon minero, las universidades estatales tienen 650 millones de dólares destinados a la investigación científica. El problema es que esos recursos no son usados, dijo, responsabilizando de ello a los rectores. ¿Cuál es realmente la explicación de la inacción que denuncia el jefe del Ejecutivo?
La ley señala que los recursos que las universidades públicas reciban por concepto del canon, sobre canon y regalía minera serán utilizados para el financiamiento y cofinanciamiento de investigaciones de ciencia aplicada relacionada con la salud pública y prevención de enfermedades endémicas; la sanidad agropecuaria; la preservación de la biodiversidad y el ecosistema de la zona geográfica de influencia donde se desarrollan las actividades económicas extractivas y utilización eficiente de energías renovables y procesos productivos; y financiamiento de proyectos de inversión pública vinculados directamente con los fines de las universidades públicas y que no contemplen intervenciones con fines empresariales.
De acuerdo a la ley 27506, los mencionados recursos serán utilizados exclusivamente para el financiamiento o co-financiamiento de proyectos u obras de infraestructura de impacto regional y local. Los gobiernos regionales entregarán el veinte por ciento del total percibido por canon a las universidades públicas de su circunscripción, destinado exclusivamente a la inversión en investigación científica y tecnológica que potencien el desarrollo regional.
Sin embargo, la ley pone una barrera que hasta ahora parece insalvable: estos recursos no podrán utilizarse, en ningún caso, para el pago de remuneraciones o retribuciones de cualquier índole. Entonces: ¿cómo incentivar a los investigadores que usen el canon, cuando está prohibido darles algún tipo de retribución?
Lo que ha resultado eficaz en Brasil y otros países es una ley del investigador científico y tecnológico, la que permite contar con equipos de investigadores con demostrada capacidad profesional, los que permanecen en la carrera mientras tengan resultados de sus investigaciones. Sobre una ley similar hay un proyecto en Congreso de la República del Perú. El primer ministro dice no tener conocimiento.
En realidad, el único poder del Estado que puede romper esa barrera es el Ejecutivo: el Congreso de la República no puede generar leyes que conlleven gasto. En consecuencia, en vez de seguir señalando responsabilidades en una sola dirección, el primer ministro debería proponer una modificación a la ley del canon minero, de modo que sus recursos sirvan para bonificar a los docentes y alumnos que participen en proyectos del canon, y contratar a los investigadores que sean necesarios para completar los equipos. Solo así hay alguna posibilidad de desembalsar el tesoro que el Gobierno, inexplicablemente, parece querer seguir manteniéndolo bajo siete llaves.
(*) Presidente de la Academia Nuclear del Perú

Sueños de liderazgo empresarial para un Perú viable


Ecribe Modesto Montoya

La inequidad, la corrupción, la inseguridad, la cuasi inexistencia de innovación, en otros aspectos relacionados, parecen constituir una realidad que desorientan y desaniman a los empresariosEl Perú atraviesa un periodo de tal gravedad que, para los participantes de la CADE 2012, se requiere acordar estrategias para sacar al Perú del hoyo histórico en el que parece haberse entrampado.
Los empresarios peruanos reconocen que el crecimiento económico que vive el Perú no ha significado un avance para la sociedad. Ni siquiera se ha hecho algo significativo para impulsar la innovación. Según los datos del Banco Mundial, mantenemos bajo el nivel de exportación de conocimiento. Para cambiar esta realidad se debe iniciar un sostenido esfuerzo en la formación en ciencia de las nuevas generaciones.
Hasta ahora, las empresas han atinado en auspiciar iniciativas que llevan al campo escuelas centradas en la lectura y en lasmatemáticas. Eso es bueno, pero debemos recordar que las matemáticas son solo parte de un lenguaje para describir fenómenos naturales y procesos tecnológicos, los que deben ser descubiertos o inventados por científicos eingenieros entrenados para investigar.
Falta estimular en los niños el espíritu científico con el que nacen todos, y consolidarlo en las universidades a través de la investigación en equipos liderados por los profesores. Para ello es urgente la formación de los padres, de modo que preparen a sus hijos en los hogares, para que a las escuelas lleguen niños curiosos y deseosos de observar e interpretar lo que observan.
Cuando cumplí 8 años, mi abuelo me enseñó muchos juegos que luego supe que eran juegos matemáticos y científicos. Un día me pidió que dibujara la luna medio llena, entonces dibujé una suerte de D. Primero observa el fenómeno real y luego dibuja, me pidió. Cuando lo hice me di cuenta que la luna medio llena era una D inclinada, y no vertical como la dibujaban casi todos.
En otra ocasión, siempre bajo su dirección, con una tijera hice un pequeño agujero en forma de triángulo en una cartulina que luego puse bajo la luz solar para mirar la imagen que se formaría sobre el suelo. Imaginé que iba a ver un triángulo luminoso: resultó un círculo. Acerqué el papel al suelo y entonces sí que apareció el triángulo. Con este y otros experimentos similares, mi abuelo generó en mi una inmarchitable curiosidad y placer en el proceso de la experimentación científica con elementos sencillos de la vida cotidiana.
Estas son las ideas que me sirvieron para crear, en 1992, un semillero científico. Los profesores son científicos e ingenieros; y los alumnos son niños que muestran curiosidad e interés por los experimentos. Los resultados son contundentes: varios egresados están en laboratorios mundiales de excelencia.
Para formar científicos e ingenieros, no es necesario contar con equipos o laboratorios complejos. Es bueno que los padres se enteren sobre los innumerables experimentos que pueden realizar en su entorno familiar y comunitario. Con esos experimentos, padres e hijos pueden tener fines de semana de esparcimiento científico y, de esa forma, contribuir con un proceso de formación de las generaciones de empresarios basados en el conocimiento científico y tecnológico.
Los empresarios peruanos están preocupados y quieren actuar en forma colectiva, de suerte que sus proyectos sean viables, que sus empresas crezcan en un entorno amigable, que el desarrollo sea sostenible y que, en el mediano plazo, se concrete algo de los sueños que tienen para el Perú.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Ciencia, tecnología e innovación en Perú y Chile: a la deriva en un mar de incertidumbre

 
 
Escribe Modesto Montoya (*)
Evaluaciones o encuestas internacionales sobre innovación indican que Perú y Chile siguen en una pendiente negativa. Académicos y empresarios de ambos países muestran preocupación por falta de políticas convincentes en ciencia, tecnología e innovación. Los respectivos gobiernos hacen caso omiso a recomendaciones de sus comunidades científicas y toman decisiones que coinciden con las de expertos del Banco Mundial.
El presidente chileno, Sebastián Piñera, ha declarado: "el año 2013 será el gran año de la innovación en Chile, y nos estamos preparando para que ese año nuestro país pueda dar un gran salto adelante en la innovación y el emprendimiento". Paralelamente, su gobierno decidió enviar el CONICYT al ministerio de Economía. Ante la protesta de la comunidad científica, el mandatario optó por formar una "comisión amplia, que incorpore a los distintos actores del mundo público y privado, con miras a definir la institucionalidad que el país necesita, para alcanzar el pleno desarrollo a fines de esta década".
Respecto a la mencionada comisión, se adelantó que será presidida por el empresario Bruno Philippi, Consejero y ex presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), mientras que el secretario será el empresario, economista e ingeniero comercial Hernán Cheyre. Estos nombramientos calzan enteramente con las sugerencias del libro Políticas de Innovación: una guía para los países en desarrollo, basadas en un curso dictado por el Banco Mundial en el año 2010, en Washington. En el mencionado libro se extrae que la innovación es darle buen uso a los inventos de los otros, y que, visto así, debe ser liderada por la empresa privada. Sin embargo, el Concicyt es la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, lo que significa que no está exclusivamente relacionada con la innovación.
En el Perú, la ministra de Producción, Gladys Treviño, mostrando satisfacción, ha declarado que el 65,5% de empresas realiza actividades de innovación. Respecto a la ciencia y la tecnología, el empresario Ricardo Briceño, ex presidente de la CONFIEP, afirma que no ha notado cambio en la actitud empresarial. No hay una agenda empresarial a largo plazo. En cuanto a la política en ciencia y tecnología, Briceño ve "lo mismo de siempre", añadiendo que "todo queda en declaraciones, no hay nada concreto". "El fondo proveniente del canon minero no está siendo bien utilizado y no se hace nada para que se utilice mejor", concluyó el líder empresarial.
Luis Carranza, ex ministro de Economía, el año 2012 lideró una propuesta integral para el desarrollo del Perú, uno de cuyos temas centrales fue la innovación. Carranza observa que "toda esta agenda no tiene el seguimiento debido, y todas las propuestas, que incluso las que tenían los partidos políticos que participaron en esa Conferencia Anual de Ejecutivos preelectoral, no se han plasmado en normas y acciones.de políticas que lleven a mejorar el nivel de competitividad de nuestra economía.
Recordemos que, como ahora sucede en Chile, el gobierno peruano nombró una comisión para elaborar los lineamientos de un Plan Estratégico y de un Plan de Acción en ciencia, tecnología e innovación. Preguntado sobre el tema, el actual ministro de Economía, Luis Miguel Castilla (ex consultor del Banco Mundial), declaró que no ha había leído el informe de esa comisión. ¿Será también ese el destino del informe de la comisión presidencial que definirá la institucionalidad de la ciencia en Chile?