jueves, 5 de marzo de 2015

Propuesta para Lima: minas de agua en la cordillera occidental

El subsuelo peruano guarda ingentes recursos minerales e hidrogeológicos. Cuando se hace una mina, lo primero que se encuentra es agua. Para usarla sosteniblemente se necesita conocer el origen, el recorrido y la edad de agua de cada manantial y pozo que hay en una cuenca. Un grupo de investigadores de Ipen, Ingemmet, Universidad Nacional de Ingeniería y Universidad Ricardo Palma, están abocados a estudiar la cuenca del Rímac. Para ello han tomado muestras de pozos y manantiales desde el Callao hasta cerca de Tíclio (a 5000 de altitud) y las han analizado con diversas técnicas.
 
Las aguas de las lluvias de la parte alta de la cordillera occidental y de la cuenca del Mantaro recorren las venas del subsuelo hasta llegar al mar a diversas profundidades. La edad es calculada a partir del contenido de tritio, un isótopo radiactivo del hidrógeno. Las aguas más profundas tardan décadas en llegar al mar. En Chorrillos hay pozos cuya agua proviene de lluvias de hace 30 a 40 años. En el Callao, en el fondo del mar, hay pozos con aguas de medio siglo, la que es extraída por los barcos.
 
El agua de los pozos de Lima tiene entre 3 y 4 años de antigüedad. En algunos lugares, como en La Molina, la sobreexplotación ha hecho descender de 50 metros el nivel del agua subterránea. Por esa razón desaparecieron los “chorrillos” de la Costa Verde. Sin embargo, como los pozos tienen hasta un máximo de unos 100 metros de profundidad, hay aguas más profundas. Éstas llegan hasta el borde del mar en la Costa Verde, donde se encuentran varios manantiales, los que son intensamente explotados por medio de tanques cisternas. Éstos transportan agua para regar los jardines de los distritos cercanos al mar.
 
Por el diverso contenido de isótopos estables de hidrógeno y oxígeno, se sabe ahora que las aguas de los pozos de Lima vienen en promedio de lluvias que cayeron a unos 3 500 msnm. A esta altura, en San Mateo, se ha tiene una “mina de agua” de 11 km, la que entrega la cuarta parte del agua que trae el río Rímac en su mayor caudal.
 
En el largo plazo, Lima necesitará minas de agua a 3 500 metros de altitud, la que entubada deberá llegar a Lima. Se ahorrará 100 millones dólares anuales que, sin esta solución, serían gastados para potabilizar el agua que llegaría extremadamente contaminada. Sin embargo, las investigaciones deben seguir para identificar los lugares ideales para esas minas que salvarán a Lima de la amenazante escasez de agua.

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