Escribe Modesto Montoya (*)
Ya no se teme una nueva guerra mundial por territorios y recursos naturales, como ocurrió en el siglo XX. En el siglo XXI, la competencia entre las economías es por ciencia, tecnología e innovación (CTI). Así, en un ambiente de crisis, la Unión Europea (UE) ha decidido consolidar una economía inteligente, sostenible e inclusiva, basada en empleo inteligente, productividad y cohesión social. Mientras ello ocurre, algunas economías basadas en los recursos naturales siguen sin decidir sus políticas sobre estos temas.
La primera de las siete iniciativas emblemáticas de la Estrategia Europa 2020 está la “Unión por la innovación”. Se trata de impulsar la investigación y la innovación para asegurar que las ideas creativas se conviertan en productos y servicios que demanden empleo y signifiquen crecimiento. Se consolidará el Espacio Europeo de Investigación (ERA: European Research Area), para aumentar la competitividad de las instituciones de investigación, mediante una política que incentive la movilidad, la colaboración y el trabajo inclusivo de los investigadores.
La UE pretende atraer a los mejores talentos del mundo hacia las carreras de investigación en Europa, y animar a las empresas a invertir más en investigación. Las iniciativas apuntan a establecer asociaciones entre el Estado, las empresas, las universidades y los centros de investigación. Mientras mayor sea el talento en los laboratorios, mayor será la probabilidad de éxito y, en consecuencia, mayor el estímulo que tendrán las empresas para invertir en investigación. En ese ambiente, los científicos europeos aspiran a liderar la investigación en campos en los que tienen mayor ventaja competitiva.
La UE promoverá una asociación de investigadores que facilite la movilidad y el desarrollo profesional. La movilidad va a facilitar el flujo de conocimiento y la creación de centros de excelencia; y un mejor status de los investigadores incentivará a los jóvenes para escoger una carrera científica y tecnológica, reducirá la fuga de talentos y atraerá a más investigadores talentosos del mundo.
Del otro lado del Atlántico, Estados Unidos ha establecido una estrategia similar de atracción de los talentos científicos y tecnológicos “le ofrece el mundo”. En América Latina, Brasil se ha constituido como una incontestable potencia que atrae a investigadores internacionales, siendo actualmente Perú su mayor contribuyente.
En el Perú, la mayoría de los investigadores está en el extranjero y la mayoría de empresas está basada en productos con bajo contenido de conocimiento científico y tecnológico. El siglo XXI exige cambiar esa realidad, lo que se logrará con una política clara de investigación e innovación.
lunes, 28 de julio de 2014
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