domingo, 5 de febrero de 2012

Un pueblo con su cárcel

Diario "El Comercio", Lunes 5 de Diciembre del 2011

Un día llegaron representantes del Gobierno para conversar con el alcalde de un pueblo de mil habitantes. Le propusieron construir un centro penitenciario en la comuna y todo un plan de desarrollo a largo plazo. Se inició un proceso de diálogo con el pueblo. El alcalde y el pueblo se mostraron de acuerdo, con la condición de que no lleve el nombre del pueblo y que tenga un carácter de reinserción a la sociedad.

Cuando el centro penitenciario se construía, se programaron visitas guiadas a las instalaciones. Los pobladores conocieron las nuevas tecnologías de construcción. En el año 1990, la instalación empezó a funcionar. En 1994, la prisión fue tema de una tesis de doctorado en sociología.

Con el centro penitenciario, vinieron empleados jóvenes con sus familias. La actividad económica del pueblo empezó a crecer. Nuevas amistades y nuevas familias se formaron. Se incentivaron actividades interculturales. Todos mejoraron su nivel de vida.

La escuelita del pueblo también creció. Las tecnologías de información y comunicación, y modernos laboratorios de enseñanza de la ciencia fueron puestos a disposición de los ahora numerosos escolares multiculturales. En mérito a sus características, tomó la categoría de escuela digital. En el 2010, la escuelita fue escogida por el primer ministro para inaugurar las actividades académicas en el país. El pueblo se siente orgulloso de ello. Todos valoran mejor la importancia de la educación.

Luego de que tomara la decisión de autorizar la construcción del centro penitenciario, el alcalde ha sido reelecto por más de dos décadas. El pueblo le agradece por los buenos resultados de su gestión, la que en parte es sostenida por los impuestos prediales que paga el centro penitenciario.

Esto ocurrió en Joux la Ville, Francia. En julio de este año, visité este pueblo. Quedé gratamente sorprendido por el ambiente de seguridad y progreso educativo que se vive. Su alcalde, curiosamente apellidado Lemaire (‘el alcalde’), es admirado. Es culto y tiene mucha admiración por las antiguas civilizaciones peruanas. ¿Qué pensará el señor Lemaire sobre lo que está pasando en el Perú moderno?

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